Get ready for this
Lista de cosas a guardar en el bolso: Dos remeras, una camisa, un par de pantalones, algunos pares de medias. También un par de zapatos, la cámara de fotos, los regalos de toda la familia, la ropa que Natalia me pidió que le alcanzara, el DNI, la Banelco, plata para el viaje, desodorante, los pasajes (obviamente), papel higiénico (por las dudas, ¿vio?)...y algo más.
Ayer, hablando con alguien que vive este viaje creo tan intensamente como lo vivo yo (no sé si será para tanto, pero es alguien que me quiere mucho y a quien escucho mucho todos los días), me preguntó "¿ya preparaste el bolso?". Textualmente le contesté "primero tengo que preparar la cabeza".
Me imagino ese momento, el del primer contacto visual, y si ella reacciona al 1% de lo que lo hizo allá por agosto, seré el papá más feliz del mundo. Vivir dos días con mi hija, por más corta que sea la visita, me hace un poquito más feliz, me hace estar un poquito más tranquilo, y creo que la hace un poquito más feliz a ella también. Incluso a su mamá. Y para eso también hay que estar preparado.
Por enésima vez hoy se me humedecieron los ojos en el bondi. Por enésima vez recurrí a imágenes conocidas, a sonidos capturados por mi disco duro, a sensaciones imposibles de encajonar. No es que intencionalmente acuda a ese proceso: ya es algo natural de quien, como yo, siente demasiado la distancia física, tan grande como corta es la distancia sentimental.
Como ya me ha pasado, preparo mi cabeza. Sobre todo para el "después". Para llegar el lunes a la mañana a la oficina y volver a extrañar (eso es posible que pase el mismo domingo a la noche ni bien me suba al micro), para asumir que ella no está acá, para prepararme para un nuevo viaje, espero mucho más cercano que el de esta ocasión con relación al anterior.
De lo que sí no me olvido en el bolso es de las ganas de jugar en el patio, de hacer funciones de títeres, de tocar el pianito, de bailar los temas de Floricienta, de cantarle la promo del shampoo Johnson's, de dormir con ella, de pasear de nuevo por el centro de Carlos Paz y que encuentres esos conejitos que tanto te gustan (pero no los apretes, hija !!! Los vas a asfixiar!!!)...de verte, de besarte, de abrazarte y de decirte todo lo que te amo.
A ver...repasemos: remera, camisa, pantalones, medias, DNI, pasajes, cámara, entre otras cosas....y cabeza. Ya está, bolso listo.
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