Un año, soplá la vela
No recuerdo bien por qué, es más, hoy día no le encuentro un motivo sólido al hecho de haber abierto un blog que, se suponía, tenía y debía ser temático. Será que siempre fui propenso a contar las cosas que me pasan, que me pasaron, o las que le pasan a gente que está cercana a mí, que eso en definitiva nunca se cumplió, o se cumplió a medias.
En teoría este post, como todos los anteriores después de un año, debía estar relacionado al básquet, o al menos tener un punto de conexión con el deporte más lindo del mundo. No way. Este pobre inservible responsable de esta página fue incapaz de hacerlo, una vez más. Se dedicó a contarle a gente que le interesa, a otra que le resbala, y a tanta otra que no le cae bien, las cosas que pasaron en su vida, lo que quiere que pase, y alguna que otra queja producto de la pura realidad.
Mi primer idea real de este post era simplemente "nombrar": hacer una lista de todas las personas a quienes les he dedicado aunque más no sea un ratito de mi tiempo para escribirle dos líneas. Son muchos, demasiados, no terminaría más. Sí estoy seguro que las personas que más renglones se llevan, saben perfectamente quiénes son: posiblemente para ellos tenga abrazos, besos, agradecimientos y alguna que otra puteadita.
Pues bien, un año ya de historia, o de escritura, o de lo que le quieran llamar. Permiso, mis antibióticos contra la gripe me llaman.
En teoría este post, como todos los anteriores después de un año, debía estar relacionado al básquet, o al menos tener un punto de conexión con el deporte más lindo del mundo. No way. Este pobre inservible responsable de esta página fue incapaz de hacerlo, una vez más. Se dedicó a contarle a gente que le interesa, a otra que le resbala, y a tanta otra que no le cae bien, las cosas que pasaron en su vida, lo que quiere que pase, y alguna que otra queja producto de la pura realidad.
Mi primer idea real de este post era simplemente "nombrar": hacer una lista de todas las personas a quienes les he dedicado aunque más no sea un ratito de mi tiempo para escribirle dos líneas. Son muchos, demasiados, no terminaría más. Sí estoy seguro que las personas que más renglones se llevan, saben perfectamente quiénes son: posiblemente para ellos tenga abrazos, besos, agradecimientos y alguna que otra puteadita.
Pues bien, un año ya de historia, o de escritura, o de lo que le quieran llamar. Permiso, mis antibióticos contra la gripe me llaman.
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