Me hacés (haces) bien
Me hacés escribirte. Porque hace no mucho tiempo dije que algo iba a escribir, y si bien tenía una idea, ésta se puede modificar (como finalmente pasó).
Me hacés apreciarte. Porque en algunas cosas te presto más atención de lo que te imaginás.
Me hacés preocuparme. Imposible no hacerlo. Imposible no pensarlo. Imposible evitarlo. Porque el cariño no se desvanece.
Me hacés pensar. Me hacés cambiar de parecer. Me hacés analizar cosas que jamás analicé. Me hacés retractarme, arrepentirme, dar una vuelta de 180 grados y entender que lo que creo que está bien, no está tan bien.
Y, como dice una canción que amo, pero que a vos no te gusta: me haces bien.
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