Rejunte de ideas
Cuando me senté acá, no sabía bien para dónde iba a disparar unos cuantos párrafos.
Creo todavía no saberlo.
Pensé en explayarme acerca de los dos piquetes que me robaron cuatro hermosas horas de descanso y tranquilidad, pero no sólo hubiera sido injusto con la gente que no tiene para comer, sino con aquellos que sufren esa modalidad de reclamo muchas más veces que yo.
Me imaginé acá sentado escribiendo sobre vos, tus preocupaciones, las charlas constantes, lo increíble de hablar con alguien a quien conocés hace apenas dos meses y monedas y estar convencido que en realidad es parte de tu vida desde hace años. Quise ser aún más expresivo, creo que no me salió. Porque a veces te digo que te quiero mucho, pero también a veces me resulta insuficiente. Y me quedé en eso, sólo en eso. Entiendo que algún día, quizá más temprano que tarde, te pueda dedicar con más atención y espacio unas cuantas líneas que, como no sabés pero yo me encargo de decirte ahora mismo, serán siempre insuficientes. Con algún que otro “te quiero” nunca redundante.
También pensé en describir algunas sensaciones relacionadas a las fotos, que suelen formar parte de mis hobbies actuales: sentarme minutos, horas completas frente a este monitor mirando caras, gestos, situaciones, recuerdos. O contar lo cansado que me tiene mi actividad laboral en este último tiempo, toda la gente que me queda por ver que hace tanto que no veo. Comentar algo de mi cumpleaños, recordar alguna que otra fecha, plantear nuevamente la espera de ver a Lucia como algo no rutinario, sino cada vez más especial. Más cuando se acerca el día del padre, mi tercer día del padre.
Se me cruzaron todas y cada una de estas ideas acá, en estos momentos, en otros momentos, ayer, hoy, durante estos días. Y no termino de definirme. No hay tema que hoy día predomine mi vida, por el cual yo esté por demás pendiente. ¿Está mal que eso pase? Entiendo que no, en absoluto.
Seguramente, y a medida que reordene un poco mis cosas, intentaré que también se reordenen mis ideas, algún halo creativo que a veces aparece en el marote como para que, justamente, esas ideas, puedan ser medianamente bien contadas.
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