20/12/2001
"Piquete, cacerola, la lucha es una sola"
Duele saber que mucha gente ha olvidado esas palabras una vez que obtuvo lo que quería: el dinero que les permitía pagar la cuota del auto, el viaje a Miami y vaya uno a saber cuántas cosas más.
Han pasado cuatro años y la imagen permanece inalterable en mi memoria visual: Después de salir de este mismo edificio en el que trabajo actualmente, casi de urgencia, cinco minutos después que vinieran a decirme que "los de provincia se pueden ir yendo", no tenía muchas alternativas para llegar a casa: un remis, que pasara "por donde se pueda", por más que los veinte pesos me dolieran más que nunca.
Teníamos una vaga idea de lo que pasaba, tan vaga que a la altura de Sarmiento y la 9 de Julio, me sorprende (y más sorprende al conductor del remis) una caravana precedida por una lluvia de piedras y, del otro lado, esa Policía que nos respeta, nos quiere y nos protege de todos los males de esta nación. El remisero pegó un volantazo para seguir camino por una calle Sarmiento atestada de autos, motos, colectivos y camiones que, por el tráfico, se parecía más a una poblada de peatones Florida un lunes a las 13 hs que a la ya mencionada Sarmiento.
Lo demás no cuenta demasiado: llegar a casa, mirarla a los ojos a mi vieja y ver esos ojos exorbitados que decían mucho más que un parte radial, que un informe de cuadro de situación de TN o que cualquier foto mostrando lo inexplicable. Perdón, tiene explicación, todo tiene explicación. Pero esto no es más que un post recordatorio.
Hace cuatro años mucha gente se reveló, otra tanta horas antes fue enviada a hacer "tal o cual cosa", como en el '89 varios locales de gente laburante fue saqueada, como si esa gente tuviera la culpa de todos los males de este país. Recuerdo la imagen de un comerciante que, prefiriendo caer en la ola de saqueos por voluntad propia a que directamente lo sorprendieran, hizo una pila de alimentos y los dejó en la calle para que los saqueadores arrasaran con todo en cuestión de segundos. También se recuerda la imagen de algunos llevándose televisores: muy posiblemente los transistores y el tubo de un 29 pulgadas tiene cualidades nutritivas que yo desconozco.
De ahí, vino el helicóptero, los enésimos presidentes en cuestión de horas, un presidente "de transición", y otro nuevo que es el que aún está. Y en el medio, decenas de familias que se quedaron sin sus seres queridos. A veces pienso que de algo sirvió, y a veces pienso lo contrario. El "que se vayan todos" duró el tiempo que los recursos de amparo contra el corralito estuvieron sin dictámen. Y hoy día, el "que se vayan todos" lo asociamos más a un programa de un canal de cable que a una verdadera decisión y firmeza ciudadana y popular.
Este post no persigue otro fin más allá que "recordar". Desde ya que está plagado de referencias y opiniones personales que poco cuentan a la hora de recordar, que sirven pura y exclusivamente para matizar, para ayudar al "primera persona" que redacta.
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