It's too late to change the events, it's time to face the consequences... |
sábado, abril 30, 2005¿Qué hacen acá?Sigue estando ahí, como la primera vez que la ví, hace dos años, más o menos. Está con su mamá y su hermanita, entregándolos a todo mortal que pase a no más de 20 centímetros de distancia, de Tigre a Retiro. Una vende mentitas en el subte A. La otra "regala" estampitas en el tren. ¿Qué hacen ahí? ¿Por qué no están donde deben y quieren estar? Esta sociedad, tan injusta y tan dura como la realidad (quizá tal vez no sean cosas paralelas, tal vez se comploten para cosas así), hace que las mire a las dos con un dejo importante de compasión. De deseo de algo distinto. Ella tiene aproximadamente 45 años, quizá alguno más. Sonríe permanentemente, lo cual a uno lo deja con la duda de saber si esa sonrisa se debe pura y exclusivamente a un acto reflejo provocado por los nervios o a una constante actitud ante la vida. Las mentitas las vende a 3 cajas por un peso, eso creo, no puedo ser exacto. No le puedo prestar demasiada atención a lo que vende. La otra no es más alta que mi hija. Incluso hasta tiene un brillo en los ojos similar. Lo primero que ví, o imaginé, fue a Lucia allí, haciendo lo mismo con su mamá, o sin ir más lejos, conmigo. De la mañana temprano a la noche, pasando frío, ganando justamente eso que recibe: monedas. A Dios gracias eso no pasa, y espero que nunca pase. Ojalá tampoco le siga pasando a ella. Entre ambas debe haber, como mínimo, 40 años de diferencia. Y pareciera que la realidad es la misma para las dos, y pareciera que las dos sufren por exactamente lo mismo, y hasta es altamente factible que así suceda. ¿Qué hacen acá? Usted, señora: ¿Por qué no se va a casa a disfrutar de sus hijos, en su casa, al menos cenando un plato de sopa? ¿Por qué no les sonríe a ellos en vez de a nosotros para vendernos? Sabe una cosa: Usted no merece este lugar. No quiero que lo merezca. No me complace que este sea su hábitat. Y vos: ¿Conocés los toboganes? ¿Y las hamacas? ¿Cuánto tiempo jugás por día? ¿Le hacés mimos y morisquetas a tu hermanita? ¿La abrazás y la besás seguido a mamá? 40 años de diferencia y la misma realidad, el mismo sufrimiento. Incluso mío, de no verlas donde me gustaría que estuvieran... (Perdón, pero esto de ver gente en los subtes y en los trenes tratando de ganarle a la realidad a veces golpea más de lo deseado)
miércoles, abril 27, 2005Alguien (¿Qué otro título podía tener acaso?)Alguien se metió, se mete, y se seguirá metiendo en nuestras vidas. Nos hizo llorar, abrazarnos, darnos algún que otro beso, una mirada cómplice (y van...). Ahora nos hace reír recordando, agudizando recuerdos encajonados y con cierto aroma y gusto dulzón. Alguien sincroniza instantes, los superpone, a veces los evita para no dejarnos sin palabras. Alguien hace las veces de banda de sonido, quita unas carilinas de la cartera y del bolsillo de mi bolso. Alguien musicaliza fotos, entrecorta respiraciones, copia y pega imágenes en el imaginario de todos los días pasados. Alguien, a veces, muy a veces, muy pero muy de vez en cuando, revisa cajones. Simplemente verifica que todo esté ahí, que nadie se lo haya robado. Ni que hayan tirado su contenido. Hoy alguien me hizo reír mucho. E hizo reír mucho a otra persona. No sé si de nervios, si de recuerdos bonitos o de algún otro motivo desconocido para mí. Pero modificó mi día una vez más. Como antes, como ahora. Y como seguramente seguirá pasando. (Sí, lo sé, a veces escribo cosas que solamente un par de personas van a entender...) jueves, abril 14, 2005La noche idealHabrá seguramente bocas pintadas, vestidos largos con escotes pronunciados en el frente y en el dorso de cada una de ellas. Percibiré perfumes importados, dulces como esos que tanto me gustan. Habrá peinados tan sencillos como bonitos, existirán besos suaves que enciendan todos mis sentidos, que los estimulen, que los despierten y los mantengan alerta. Veré los gestos más cómplices y las miradas más sinceras que puedan invadirme. Las palabras justas y los silencios necesarios. Habrá una cena y un postre abstracto, lleno de dulzura tácita en el que “ese” momento será la cereza de dicho postre. Viviré la noche ideal con la mujer que amo, o mejor dicho, que amaré, quién sabe cuándo. Intentaré inmortalizar el momento en alguna que otra instantánea de su rostro, de su pelo, de su sonrisa, netamente gestual y admirable. Aplicaré el automático para ponerme junto a ella e inmortalizarme al unísono, para poder recordar en 800 por 600 esa noche, aquella tarde y esa lejana mañana. Para mirarla una y mil veces, para mandarla a imprimir, para ponerla en un recuadro en mi mesa de luz y tenerla ahí todas las noches, poder contarle qué me pasa cuando no está conmigo, para darle el beso de los buenos días aunque al darme vuelta solo vea una pared. Existirán mil lugares comunes. Quizá esto que escribo sea uno de ellos. Seguramente es uno de ellos. Pero nunca, nunca, nunca, existirá algo igual como volver a dormir en una misma cama con mi hija. Nunca. Jamás. Eso no lo igualan ni perfumes importados, ni peinados bonitos, ni gestos cómplices, ni cerezas en el postre, ni portarretratos para fotos de 800 por 600 en mesas de luz. Te amo hija, Papá martes, abril 05, 2005Malvinas, o el regreso a la inocenciaHabría que remover cielo y tierra dentro de esta casa en la que me encuentro en este momento para encontrar una cinta de audio que tiene 23 años de antigüedad. Demasiado tiempo ha pasado, demasiado tiempo me llevaría encontrarla. En esa cinta creo que está mi primer acercamiento con el periodismo. Realmente no recuerdo el color de la "salita" a la cual pertenecía en ese año. Creo que mi mamá tampoco lo recuerda. Sí sé de qué se trataba: Malvinas. Sí, yo, en el jardín de infantes, a los cuatro años, hablaba de Malvinas. Siempre tuve una debilidad especial por el tema Malvinas. No soy un estudioso del tema ni mucho menos, y reconozco caer habitualmente en el olvido en el que caen millones de argentinos sobre el tema. Pero durante mucho tiempo, me afectó y bastante el tema. Mirándolo desde afuera, gracias a Dios. No conozco ni amigos, ni familiares, ni conocidos que se hayan jugado la vida en Malvinas. No tengo conocimiento de personas cercanas a mí o a mi familia que se la hayan visto negras por la patria, patria a la cual pertenezco. Pero me ha sensibilizado siempre el tema Malvinas. No sé bien por qué. Me imagino que mis, por entonces, cuatro años de edad, me imposibilitaban tomar conciencia de lo que pasaba. Igualmente no lo restrinjo a un tema meramente generacional: argentinos muchísimo más grandes que yo pareciera que tampoco tenían idea de lo que pasaba. "Que vengan, les presentaremos batalla", decía el hijo de mil puta de Galtieri frente a una Plaza de Mayo rebalsada de almas engañadas y de banderas celestes y blancas, en una jornada soleada y otoñal. Y la gente creía, ilusa. Algo que me llamó la atención fue que los militares llamaron a su golpe de estado como "Proceso de Reorganización Nacional". Razón no les faltó: con el desastre que hicieron, el país casi que tuvo que barajar y dar de nuevo. Pero no nos alejemos del objetivo. Creo que lo que me motivó a reflexionar (una vez más, un año más) sobre Malvinas fue algo que leí hoy en la revista Hombre, un testimonio de un ex combatiente de nombre Norberto Santos, y que paso a transcribir textualmente: "Dicen que soy historia pero tuve que negar que había estado en Malvinas porque nadie me daba trabajo. Nuestra sociedad nunca entendió lo que nos pasó allá. Es una mochila que me cargaron a los 18 años. No sé si porque perdimos la guerra o qué, pero el país nos abandonó. Nos hicieron volver por la puerta de atrás. Salvo nuestros familiares, nadie nos esperó". Y si, macho, tenés razón. Es tal cual. Este país, o la gente de este bendito país, se ha encargado y se sigue encargando sistemáticamente en separar en vez de integrar, en denigrar en vez de alabar a nuestros héroes. Y a veces pienso que lo peor que puede pasar, es justamente el dos de abril. Es ese día, y en los otros 364 ignoramos. Y así con tantas otras cosas. Lamentablemente, los ex combatientes de Malvinas son únicamente una muestra de nuestra ignorancia, sumada claro está a un desinterés por la historia realmente alarmante: podríamos mencionar a pseudopróceres que no son más que traidores a la patria, políticos con verdaderos prontuarios que siguen ejerciendo sus cargos (nótese que usé la palabra "ejerciendo" porque no se me ocurre otra: podría haber mencionado dicha acción con la expresión "calentando la silla y robándose la plata", pero no quise ser "tan" gráfico) y así los ejemplos de ignorancia tremenda seguirían, seguramente. Ojalá Malvinas, algún día (esperemos que lo más pronto posible) sirva de ejemplo para recuperar la memoria. Para que no llenemos la Plaza para defender una guerra. Y yo, mientras termino de escribir esto, me pregunto en qué pequeña Malvinas nos estaremos metiendo, qué problema estaremos aceptando inconscientemente y cuánto tiempo nos llevará darle cierto mérito a quienes defendieron la patria. Por más que unos cuantos pelotudos pasados de whisky hayan decidido por todos nosotros. viernes, abril 01, 2005ImpasseA quienes me preguntan por qué no escribo tan seguido, o al menos en estos últimos días: 1. Lucía está con otitis, bastante fiebre, y muy poco cómoda con su salud. Manejándolo, por ahora. 2. Tengo la cabeza en eso y en otras cosas, un poco más positivas. Igual la preocupación número uno es Lucía. 3. La creatividad no viene. Quizá el fin de semana deje alguna que otra cosita para comentar. Ampliaremos.
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