Un paso adelante
Matar el tiempo en los aeropuertos es nuevo para mí. Casi como volver a escribir acá.
Queda media hora para embarcar, viajé más de Estancia Vieja a Pajas Blancas de lo que será mi regreso a Baires. Pareciera que viajo más ahora que cuando lo hacía en micro.
Por lo pronto, tomé hace algunos días una decisión importante: comprometerme. Contrariamente a lo que piensan muchos que nos preguntan cuándo nos casamos, la realidad es que no lo sabemos. Quizá no lo sepamos nunca tampoco. Este compromiso quizá sea distinto al de la generalidad habitual. Lo hacemos convencidos de compartir el resto de nuestras vidas juntos.
Después de casi cuatro años de noviazgo, era el momento de dar un paso. Y hablando de esto con algunos amigos que me ha dado Mundo Azulgrana en este tiempo, uno de ellos me dijo una frase corta pero muy sabia y que sintetiza perfectamente el paso que uno ha dado en definitiva: "A veces o das un paso adelante, o das un paso al costado".
Ese paso obviamente fue hacia adelante. Después de tanto tiempo, están dadas todas las condiciones, fundamentalmente una tácita que jamás quizá haya sido mencionada pero que no por ello ha dejado nunca de ser importante: la aceptación de mi hija que su papá tiene una vida con su novia, su trabajo y su casa en otro lado. No es poco para alguien que tomó conciencia que su infancia iba a estar dividida por la distancia. Y quizá esto no lo haya hablado con nadie, pero no podía dejar de pensarlo. Cuán aceptada iba a ser Clau por Lucía. Y lo fue, y lo es. Asumo que un par de días en la costa entre los tres acomodaron un poco los tantos. Ya los dibujos y los saludos cuando me voy no son sólo "a la abuela y a la tía", ahora se extienden a ella.
Si el paso se da hacia adelante es porque también estoy convencido principalmente del sentimiento que nos une. Ya hablé de las bondades de Claudia como compañera, ha respetado todos y cada uno de mis tiempos (aunque fueran prolongados, aunque le costó bastante y le sigue costando), quien suscribe ya se mandó varias macanas en un pasado y no pretendía volver a repetirlas.
Seguramente quienes lean esto (posiblemente yo esté escribiendo para mí mismo, lo cual ni me frustra ni me incomoda, por motus propio he dejado de decir lo que me pasa) ya estén al tanto de la buena nueva. Por lo pronto, me gustaba la idea de dejarlo plasmado en un escrito virtual, y éste era el espacio. No era otro. No era un mail, ni una carta. Era este.
18 minutos para embarcar. Pasó mucho tiempo para volver a escribir, quién sabe si lo volveré a hacer. Quizá cuando reitere un posteo en este blog, ya estaré casado.
1 Comentarios:
Hola Javi, que alegría leer esto. Yo también tenía abandonado "el increíble mundo de las cuestiones femeninas" y hoy regresé, no se por cuánto tiempo, pero el espacio siempre está.
Me alegro de haberme encontrado con este post.
Valy
Publicar un comentario
<< Home