Javito viejo verde. Sobre todo viejo.
Y sí, hay que tomárselo mínimamente con humor. Y eso que tengo 27, no es que pasé la barrera de los cincuenta ni me ubican todos los últimos lunes de cada mes haciendo la fila en el banco a las ocho de la mañana para cobrar la jubilación. Pero me siento un poquitín viejo.
Al tema de acostumbrarse nuevamente al barrio, a viajar nuevamente cuatro horas diarias hacia y desde el trabajo, me encuentro conque las cosas no sólo no están en el mismo lugar, sino que cambiaron de estado.
"Pero qué línda chica, está más buena que un Lemon Pie casero...pero no, esa chica jugaba con mi hermana !!!!". Creo que eso ya me pasó como cuatro veces en las últimas dos semanas. Me encuentro después diciendo "no, no puedo decir eso". Y por un lado sí, puedo decirlo, no está mal decirlo desde el punto de vista estético, físico, de atracción hacia una mujer. Y por el otro, pienso: "Cómo pasa el tiempo y yo creo que todo debería estar en el mismo lugar donde lo dejé".
Me fui de acá hace dos años, y ahora vuelvo y pareciera que los demás evolucionan mucho más de lo que lo hago yo, que sé en qué evolucioné, qué responsabilidades adicionales adquirí, qué cosas nuevas aprendí y asimilé, y qué parte del camino aún me falta transitar.
Pero cuando me ocurren esas cosas, no dejo de pensar "Javito viejo choto". Más viejo que choto. Más para reírse que para llorar. Por suerte. Aunque todo haya cambiado un poquitito y yo, de vez en cuando y sin darme cuenta, piense que todo debería estar donde lo dejé hace dos años.
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