Fin de semana salvaje
No, no me puedo despertar a las 5.30 am, no puedo... Im-po-si-ble. Imposible.
Tal vez sean algunas tensiones de este último tiempo, quizá sea el mal humor que a veces me invade, pero pasar un buen fin de semana, ése es mi objetivo primordial hoy día. Por lo pronto, en el "casamiento" de ayer, la pasé más que bien (mientras escribo esto, pienso: ¿será este mi primer post netamente descriptivo, sin búsqueda de un pensamiento más profundo o sin la desnudez de un sentimiento a veces oculto pero palpable? Veremos...) entre amigos, gente conocida para todos, un plato de rabas que hace muuuucho que me debía y alguna que otra cosita interesante.
Hoy la agenda viene complicada: Viaje a Retiro, despacho de cosas, corte de pelo, descanso obligado. Igual la honestidad brutal no se toma descanso: ocho y media de la matina, hablando por teléfono con mi vieja de cosas que ella desconocía, de mis frustraciones (acá seguramente el tiempo no alcanzaría, ampliaremos!) y de mi presente. De lo que me pasa a mí y de lo que le pasa a ella. De mis enojos y de mi colapsada felicidad intermitente. De un nombre y de muchas cosas internas. De Lucía. De todo.
Por último, un registro fotográfico del programa "Basta de Todo" hecho desde Radioset ayer, en el comienzo de un gran fin de semana (y, encima, empezaron con "True Faith" de New Order, ¿se puede pedir más?). Lástima la cara de traste del morochito...
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