Pasa-tiempos
Uno de mis pasatiempos es, casualmente, ver pasar el tiempo. Encontré dos formas de hacerlo, las dos son válidas, incontrastables, pero creo que otorgan resultados disímiles.
Una, desde ya, a través de la memoria. Esas instantáneas cargadas en mi chip personal me entregan imágenes diversas día a día. Otra, a través de documentos.
Domingo, 20.15 hs.. Falta una hora y cuarenta y cinco minutos para alegrarme por San Lorenzo. El mate aguanta. Solo en el departamento, buscando no sé qué, encuentro una carta manuscrita. Su contenido ya no me emociona. Luego de dejarla (concretamente de deshacerme de ella), recurro a otros recuerdos que sí lo hacen.
No pretendo hacer de esto un orden cronológico de acontecimientos. Tampoco voy a dar nombres propios. Sólo voy a reflejar sensaciones. Primera carta, 17 de Julio de 1999. Ella fue mi compañera de noches llenas de palabras durante días, semanas, meses. Con dedicación artesanal me hablaba del amor de su vida. El amor de su vida era su papá. Como el mío, a los pocos meses murió de cáncer. Y desde hace cinco años ella es parte de mi vida.
Otras cosas que encontré fueron cartas de mi primer amor. ¡Qué flash fue leer eso de nuevo! Yo, 14; ella; 16. Perdí la cuenta de las cartas que tengo, ni hablar de las que mandé. La última recibida data de hace cinco años: habla de su hija, de sus estudios, de Fastball (sí, los que cantan "The Way") y de alguna que otra cosa por demás importante. No pude resistirme: teléfono en mano y su voz después de cinco años. Mail anotado, update obligado.
También encontré cartas de "ella". Algunas entregadas en mano y otras por correo, puntualmente en la segunda semana de ese febrero de 1998. Amor, compromiso, casamiento. Palabras de "ella" que ya ni recordaba.
Lo más lindo y lo más emotivo va textual: "Javier: En este momento tan duro para vos y tu familia, tus compañeros de laburo quisimos estar cerca tuyo para darte una mano en lo que necesites, es por eso que hicimos una colecta para ayudarte a solventar algunos gastos. Fuerza y aguante. Un saludo. Tus compañeros de laburo" (46 firmas)
Con algunos recuerdos, es muy posible que mis ojos se hayan llenado de alegría. Pero no tanto como el cuore.
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