Ocho años
Qué día raro... Sí, ya pasaron ocho años, y sigue siendo raro.
Estoy a punto de irme a Carlos Paz. Mañana por la noche me pondré un traje rojo y blanco, y haré algo distinto, completamente distinto, en mi rol de padre.
Pero todas las Navidades son distintas. Esta fecha las hace distintas.
Contar qué fuiste, cómo te fuiste y por qué no estás más no es necesario. La mayoría de las personas que me rodean ya saben la historia. Conocen mi dolor. Saben que hoy, para mí, no es un día cualquiera.
Eso sí, por favor, date una vueltita por casa.
Cáncer de mierda...
Viejo, te extraño mucho.
Te quiero mucho,
Javier
Javier
<< Home