One step ahead
El sábado fue el cumpleaños de Valy, o de Valeria (llámenla como quieran, es sólo un detalle) y para mí terminó siendo algo más que un cumpleaños. A Valy la veo una vez por año, como mucho, promedio. Y la cantidad de cumpleaños con gente "desconocida" que suelo frecuentar es menos de uno al año.
La gente que me conoce me tiene como alguien bastante sociable. Si te conozco, soy sociable. El problema es cuando no te conozco.
Soy de esos tipos que le cuesta entablar una charla con alguien que no conoce. Muchas veces prejuzgo sin sentido, en otras me gana la timidez ("...quisiera pero no puedo, me mata la timidez....", ¡qué hitazo !), en otras directamente no tengo ganas de hablar, me quedo mudo, casi aislado por decisión propia, por dejarme ganar por los temores previamente enumerados. El sábado fue distinto, quizá yo haya estado predispuesto de otra forma, quizá la gente me vio de otra forma, quizá yo hice algo adicional para que eso no pase, el tema es que no tuve ni que escuchar un tema de Depeche Mode o de una banda que me guste para pasarla bien, ni tuve que en cierta medida "enmascarar" mi realidad para entablar una charla con alguien. Así caí que con alguien compartimos lugar de descanso (La Falda), que entre los invitados había una colega (algo previsible siendo Valeria locutora), que va a estar bueno hacer radio en casa por Internet como alternativa para "despuntar el vicio" (vayan reservando el sábado por la mañana, en breve), y me quedé con ganas de hablar de los temas "hula-hula" (sí, porque Valy es fan de U2 y seguramente lo iba a entender)
En fin, algo tan sencillo como un cumpleaños se terminó convirtiendo en un paso adelante en mis conflictivas relaciones humanas. Perdón por este post tan descriptivo, es que las emociones recientes ya las conocen (aunque estén un poco congeladas)
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