El interlocutor perfecto
Durante un tiempo pensé que eso que, justamente, pensaba y sentía, era pura y exclusivamente mío, que nadie lo entendería.
También presuponía que nadie había tenido la misma imagen, o que nadie lo iba a poder poner en palabras exactas. Que nadie podría pintar en castellano esa escena con cierta exactitud.
Ayer conté "casi" en público (ese "casi" tiene una connotación especial que no viene demasiado al caso) qué sentí cuando nació Lucia. En ese momento, en la sala de parto, Natalia, Lucia que llegaba, los médicos, asistentes, yo mismo. Mis puteadas para dar fuerza (sí, insulté mucho).
Y estaba convencido que nadie podría explicar eso. Pero no.
Gracias JP, interlocutor perfecto. Y es cierto, tener un hijo te cambia la vida. Y no sólo eso, no te imaginás la vida sin ellos.
(Entiendo que, de acá a poco tiempo, podré explicar la vida con ella con imágenes y música, mientras tanto, pues está esto)
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