Cambiando la agenda
El taco financiero termina el 30 de diciembre. Sí, en este taco, calendario, agenda o como le quieran llamar, no hay 31 de Diciembre. Para Shooting for 3, tampoco.
Hoy se termina mi año laboral, y también creo que en parte se termina mi año emocional, sentimental, personal. No ha sido precisamente "mi" año ni mucho menos. Por desgracia, o por suerte (uno nunca sabe qué mitad del vaso debe de mirar a priori) varias de las cosas que me han pasado están reflejadas acá. Están escritas, escupidas, armadas, contadas, redactadas acá. Este lugar, que nació con una idea que se sostuvo en el tiempo tan poco como la esperanza que Menem vaya preso. Así, de un plumazo se desvanece. Just vanishing (point)...
Desde hace ya bastante tiempo que vengo pensando en cómo será mi 2005. Es cierto y concreto que, en muchas ocasiones, uno necesita cierta ayuda de la suerte. Pero también es cierto y concreto que a la suerte hay que ayudarla. Parece un juego de palabras, no intenta serlo. Además, creo que yo no estaba haciendo mucho al respecto. El 31 de diciembre a las 23:59:59 se marcará (además de pasar año nuevo con mi hija en Carlos Paz, de hecho el viaje es hoy por la noche), estoy segurísimo, un quiebre en mi vida. Las cosas que no estaban claras seguirán sin estarlo, a tal punto que formarán parte del pasado y del olvido. No de un olvido total, ya que si me reconozco con alguna virtud, es la de mi infinita memoria, sí de un olvido parcial que haga que ciertas cosas proscriban. También dejaré muchas etapas de mi vida, gente a la que aprecio mucho pero con la que ya no puedo tener contacto porque ese vínculo provoca una dicotomía importante entre lo que pienso, entre lo que siento y lo que necesito.
Muy posiblemente a partir del 1 de Enero seré otra persona. No en esencia, sí en actitud, en reacción, en cantidad y calidad de gente que me rodea. Quizá deba "descartar" en el buen sentido a algunos, tal vez necesite poner cierta distancia con otros, posiblemente conozca más gente, que aporte otras cosas que hoy no encuentro en nadie. También probaré qué es eso de ser, cada día, "mejor padre".
Como para pálidas ya tienen cuatro meses de posts anteriores, prefiero ahora decir gracias en formato "levantemos la copa y brindemos como Alejandro Romay".
A Lucía, por ser el único y verdadero amor de mi vida.
A Natalia, por ser la mejor mamá del mundo y por haber sido la persona que más me amó en toda mi vida.
A mi vieja, por bancarme y por ser tan "mamá"
A mi hermana, por tener dos ovarios tan grandes como el sol.
A Vero, mi mejor amiga, por fortalecer cada día más una amistad que ya lleva 15 años.
A Juan, Felipe y César, por ser incondicionales, por bancar enojos, soportar llantos y compartir carcajadas gatunas.
A Romina, por estar y por querer. Por decir y por callar. Por acercarse y por alejarse. Por ser.
A María, por dejarme unas cuantas cosas positivas en un momento bastante complicado de mi vida.
A Clara, por entender que la amistad no conoce ni de lugares ni de tiempos.
A Karina, por saber disculparme. Por bancarme, por escucharme, por tolerarme y soportarme.
A Debi, por hacer constante equilibrio entre dos sensaciones lo suficientemente amistosas para vos como para, muchas veces, inclinarte por una. Por tolerar mis estados de ánimo. Por ser tan amiga. Tan buena amiga.
A Nacho, por su inteligencia.
A Gisel y a Carol, por leerme, por fortalecer vínculos blogísticos permanentemente, que tal vez algún día se fortifiquen aún más y se crucen esas barreras imaginarias que ofrece Internet.
A Andy, por abrir su corazón de vez en cuando.
A la gente del foro en general, por ser tan buena gente, por el consenso y por el disenso. Por el apoyo incondicional. Por el afecto siempre recibido. Y por alguna que otra puteada que me puso en mi lugar a tiempo.
A Matías, Juan Pablo, Diego, Waty, Cabito y Gabriel, por ser tan buena gente. Especialmente a Matías, por entender qué significado tienen mis tardes de 14 a 18 hs..
A Lau, por toda su dulzura.
A Ana, por saber escuchar. Por "la" charla del año. Porque tres horas de charla parezcan poco.
A la selección argentina de básquet, por hacerme llorar de alegría.
A Nacho, por su inteligencia.
A Gisel y a Carol, por leerme, por fortalecer vínculos blogísticos permanentemente, que tal vez algún día se fortifiquen aún más y se crucen esas barreras imaginarias que ofrece Internet.
A Andy, por abrir su corazón de vez en cuando.
A la gente del foro en general, por ser tan buena gente, por el consenso y por el disenso. Por el apoyo incondicional. Por el afecto siempre recibido. Y por alguna que otra puteada que me puso en mi lugar a tiempo.
A Matías, Juan Pablo, Diego, Waty, Cabito y Gabriel, por ser tan buena gente. Especialmente a Matías, por entender qué significado tienen mis tardes de 14 a 18 hs..
A Lau, por toda su dulzura.
A Ana, por saber escuchar. Por "la" charla del año. Porque tres horas de charla parezcan poco.
A la selección argentina de básquet, por hacerme llorar de alegría.
Y especialmente a mí mismo, por la paciencia. Por el grado de responsabilidad que me inculcaron mis viejos, que sin él, muy posiblemente en este 2004, y como quizá cualquier otra persona, hubiera tomado un rumbo mucho más trágico, facilista y cobarde.
Pasé los teléfonos. Le saqué los dos tornillitos que lo sostienen. No hay nada más que anotar.
Chau 2004.
<< Home